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lunes, 30 de julio de 2012

En la Buenos Aires de los 80's


En estos días estoy paseando por los años 80, por la Buenos Aires de aquellos días. Por supuesto, a través de mis recuerdos y en mi imaginación.
Como en ese tiempo yo era un adolescente y solía caminar seguido por las calles de la Capital, puedo traer a mi mente el color de los días de aquella época, dorada para mí. Trato de construir las escenas para cuando este trabajo salga a luz los lectores puedan vivir ese tiempo como si estuvieran ahí. Los lugares, sonidos, aromas y la atmósfera de aquella época es lo que pretendo atrapar con mis palabras. Espero conseguirlo.

martes, 3 de julio de 2012

El progreso del Peregrino


Hay días en los que me detengo a pensar en el camino recorrido hasta el momento y pienso que voy demasiado lento. A esta altura debería tener mi novela bien avanzada y me encuentro que sólo tengo algunos capítulos. Imagino a los grandes escritores cuando trabajaban en sus obras, en algunos casos viajaban a lugares recónditos y se aislaban por meses hasta dar a luz su libro, me detengo a pensar si eso es lo que necesito, viajar, aislarme, retirarme temporalmente.
¿Sería posible para mi? Creo que no, cuando tenés tantas obligaciones no podés darte ese lujo, no podes dejar a tu familia (de hecho, tampoco me gustaría) para hacer ese retiro, las obligaciones laborales tampoco me permitirían escaparme mucho tiempo, mis estudios profesionales requieren extrema dedicación en esta etapa.
Aún así, creo que el hecho de que mi tiempo sea escaso hace que lo valore mucho más y cada minuto en el que puedo escribir algo lo siento como sumamente importante, que debe ser bien aprovechado.
Busco entre los escritores que hicieron historia y me encuentro con Juan Bunyan, tal vez para muchos un desconocido, pero para otros no tanto. Bunyan fue un escritor y predicador cristiano inglés que vivió en el siglo XVII, por causa de predicar sin licencia fue encarcelado durante mucho tiempo. Durante su encierro escribió una de las obras más recordadas y traducidas de la historia “El progreso del peregrino”, una alegoría que perdura fresca en nuestros días.
Si bien es algo extremo pensarlo, no me gustaría que me encierren, ni aislarme tanto para poder terminar mi historia, prefiero vivir ocupado y avanzar lentamente.

Es lo que hay y tengo que valorarlo.