No puedo dejar de
escribir en este diario las cosas que me han sucedido y propuesto en estos
últimos meses, por supuesto, en lo relacionado a mi actividad como escritor
aficionado.
Desde que
publiqué "20.000 Palabras" hace poquito más de un año, me llegaron
tres inesperadas propuestas para escribir historias que no son mías, detallo:
1- La primera
propuesta vino de un país de América Central. Una persona adinerada me conoció
a través de amigos comunes y se interesó en mi perfil de escritor, me dijo que
tenía una historia de vida y milagros que quería publicar y pensó que yo sería
el indicado para llevar adelante esa tarea. Me habló de cubrirme todos los
gastos de viaje en avión para que me encuentre con ella y muchas cosas más. Todo
parecía muy serio.
2- Alguien de una
provincia lejana de Argentina, conocido mío, me contó que hacía años que traía
algo en su corazón que deseaba transformarlo en un libro y ahora cree que soy
yo el indicado para hacer esto. De mi parte he tratado de persuadirlo, ya que
yo no creo poder tener el tiempo y la dedicación necesaria para afrontar el
proyecto que me propone, pero ha estado insistiendo.
3- Y lo más
reciente: un grupo de veteranos de guerra también tenían desde hace tiempo
llevar sus memorias a las páginas impresas. En estos días me conocieron y descubrieron
mi obra, seguidamente me propusieron el trabajo mencionado al principio. También
he tratado de disuadirlos, me parece que es tarea para un periodista que para
un narrador creativo aficionado. Pero ahí sigue el asunto.
Mi intención es
terminar de distribuir "20.000 Palabras" y abocarme a una nueva obra,
más ambiciosa que la primera. Espero poder tenerla para este año.