Las palabras mágicas

Conversaciones de mi vida – Parte 1 - Familiar (con abundante cuenta bancaria)

-¿Seguís con el blog?

-Sí claro, sabés que mi pasión es escribir.

-¡Ah que bien! Yo sigo leyéndote, escribís re-bien. ¿Y el libro?

-Va para adelante, tengo todo, ya se lo pasé a la editorial, solamente falta un poco de dinero que no tengo.

-…………………………….

(El espacio anterior era para las palabras mágicas). Pero lo que siguió fue lo siguiente:

-Ah, bueno, ya vas a poder, no te preocupes. Sigue adelante.

Conversaciones de mi vida – Parte 2 – Empresario importante, amigo, por otro lado.

-¡¡Guille!! ¿Cómo van esas historias?

-Nunca dejo de escribir, amo esto, es lo que quiero para mi vida.

-¡Si! Se nota, he leído las últimas que escribiste, son estupendas. ¿Y el libro?

-ssss (suspiro mío) Ya está todo listo, la editorial entusiasmada, solamente falta un poco de dinero que no llego a juntar.

-……………………………….. (espacio para las palabras mágicas)

-Ah bueno, no te preocupes, ya vas a poder. Cuando lo edites reservame uno.

Conversaciones de mi vida – Parte 3 – Familiar con una fortuna heredada recientemente.

-¿Seguís escribiendo?

-Sí, amo escribir, más allá de mi trabajo y mi carrera universitaria casi terminada, yo quiero hacer esto en mi vida.

-Me dijeron que vas a sacar un libro.

-No te mintieron, todo está en la editorial, pero no tengo dinero para financiarlo.

-……………………………….

-(Pienso: dilo, dilo, dilo…)

-Bueno, no te preocupes, ya vas a poder.

Conversaciones de mi vida – Parte 4 – Familiar muy adinerado que vive en el exterior,de visita en Argentina.

-¿Es verdad que ganaste un premio por un cuento que escribiste?

-Si, en un concurso internacional, premiaron “Una oportunidad para Johnny”.

Entonces él toma el libro de la Antología y lee mi historia. Se emociona, me felicita, por poco no me besa y se pone a llorar.

-Es maravillosa, escribís muy bien. ¿Pensás publicar un libro propio?.

-Si, ya está todo…(vuelvo a contarlo por enésima vez)…falta el dinero.

-……………………(ahí, en esos puntos suspensivos iba la magia)

-(Digo en mi mente: ayudame, te lo devolveré con creces, ¡ya vas a ver!)

-Bien, yo creo que te va a ir muy bien, porque escribís muy buenas historias.

Y así, mi vida sigue llena de conversaciones, pero las palabras mágicas no aparecen en ellas, sólo los puntos suspensivos.