Les juro
que hay oportunidades en que lo detesto, suele cansarme al punto de que le grito que se calle,
que no me moleste más, que no debería ser tan cruel cuando me habla. El sabe
muy bien que soy permeable ante las críticas y su voz lacerante tiene la virtud
de partir mi espíritu y dejarme sin ánimos de continuar. Suelo detenerme, hacer
como que no lo escucho y seguir, pero es inútil, su voz y su presencia son imposibles de evitar para mí. Intento argumentar a mi favor, le digo con firmeza:
"recién estoy empezando a escribir, sé que tengo mucho para aprender, pero deberías por lo menos reconocer
que tengo algunas cosas a favor, creo que cuento con imaginación y mis
personajes reflejan vida propia, tu mismo escuchaste a mucha gente decir que
disfrutaron mis pequeñas historias, no sólo los que me conocen, sino muchos que
ni siquiera me han visto en sus vidas me han dado un guiño positivo sobre mis
obras. No tenés razón en criticarme tanto".
Sin
embargo, vuelve a mi encuentro y me taladra la mente con cosas como que no
tengo talento, que tengo muchos errores, que escribo rápido y a veces no
corrijo como se debe, acostumbra a refregarme que no estudié para esto y que
con sólo la pasión y haber leído mucho no va a alcanzar para terminar una buena
obra. Si bien admite que sabe que no busco fama y dinero (por supuesto, ambos
sabemos que no sería por la literatura sincera por donde habría que buscarla),
pero está demás y es propio de un desalmado decirme que el día en que publique no voy a
tener a quien le interese mi libro.
Hay veces
en que suele lastimarme tanto que me lleva hasta las lágrimas, tiene ese extraño
poder implacable en sus palabras, que ellas logran hundirme en el desaliento, sin
embargo, cuando escribo algo inspirado o que considero está bien hecho me le
suelo plantar y le refuto todas sus criticas y argumentos, ¿ves? estás equivocado,
puedo hacerlo, puedo lograrlo, te juro que lo intentaré con todas mis fuerzas,
me entregaré de lleno a mi obra, trabajaré con amor como quien da su vida por
algo, vos me conocés bien, mejor que nadie, nunca bajé los brazos por la
adversidad, sabés que soy terco cuando me fijo una meta y no voy a parar hasta
lograrla. Guille, tenés que confiar en mí.
Hola Guille: Es verdad hay veces que uno es su propio enemigo!!! =(
ResponderEliminarPero recorda que si uno no lo intenta se va a quedar con esa espina clavasa en el corazón y un si lo hubiese...
Nada es tan terrible como muchas veces nuestra mente nos lo hace ver, así que ánimo y para adelante yo prometo comprarte uno de los libros que publiques =D
Buen finde!
Besitos =)
Hola Guille, se como te sientes, aveces es tan difícil creer en un mismo. Cuando escribimos y penamos en la historia todo es mágico, pero luego se vuelve más difícil. Suerte tu puedes y nada desanimo. Te mando un beso y buen fin de semana
ResponderEliminarHola Guille,buenas noches!
ResponderEliminarMe has hecho reír,pues me he sentido identificada
con ese enanito que nos castiga tanto,es muy cruel
en sus criticas y hay momentos que dudas,lo estaré
haciendo bien? que gran verdad! así es nuestra mente,
nos juega malas pasadas,lo bueno darse cuenta y saber
reaccionar en forma positiva,plantarse ante el y ya
estuvo bien! que pesado eres =) me gusta como expresas
tus sentimientos,como no vas a ser capaz de hacer ese
libro y tantos mas! y ya sabes también yo te compraré
así que dile: porfi que debo escribir,no me azotes =)
Ánimo amigo! eres genial con tu pluma y lo sabes!
Una excelente semana de paz y amor con sonrisas
muchas letras =)
Besitos de luz
Conozco la sensación y de hecho llevo como tres años en ella, el resultado es que nunca termino mi novela.
ResponderEliminarSaludos