Hoy me
sucedió lo siguiente: salí al mediodía para buscar el almuerzo en el Shopping que
está a pocos metros de donde trabajo, cuando estaba ingresando al salón del
hiper, pasé por el sector de ventas de electrodomésticos y me crucé con una
pantalla gigante HD, verdaderamente inmensa, la más grande que he visto en
Argentina. Pero no fue el aparato en sí lo que me hizo detener a observar,
sino lo que él mostraba en las imágenes. Se iban sucediendo, fundido mediante, una
colección de las mejores pinturas de la historia: Gauguin, Renoir, Monet y…Van
Gogh…me quedé paralizado esperando a que llegara “la obra”, la que de alguna
manera ya es mía también, porque desde el día en que decidí ponerla como tapa
de “20.000 Palabras” siento como si esa pintura hubiera pasado a formar parte
de mi propia vida. Y creo que verdaderamente forma parte, porque en el momento
que ella apareció, en todo su esplendor, en la inmensa pantalla HD, reflejando magníficamente los colores únicos y originales de
Vincent, casi se me sale el pecho de la emoción y por poco se me cae una lágrima
delante de todos los transeúntes.
Cuando la imagen pasó a otra pintura, continué
caminando como si algo Divino me estuviese acompañando. Compré un sándwich de
jamón y queso, una gaseosa y volví al trabajo.
Ah, por último,
quería decirles que OCTUBRE será el mes, posiblemente mañana o pasado les diga el día exacto.
Tampoco quiero dejar de decir que este fin de semana que pasó, aproveché los días para escribir mucho de mi novela. Tal vez el 2014 sea el año.
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