Durante esta semana espero recibir de parte de la editorial lo que le llaman las
pruebas de galera, el maquetado de cómo saldrá impreso el libro para que yo dé
la aprobación final. Entonces puedo decir sin dudas que ya estoy en lo umbrales de la edición. En base a
esto, he estado pensando que también llegará el final de este “Diario de mi
primer libro”, seguramente en el momento mismo en que anuncie que “20.000
Palabras” ya está a la venta.
Y debo confesar que me ha invadido algo de nostalgia, por el
tiempo que pasó desde que comencé con este diario, por los pocos amigos que me
acompañaron desde el primer día y hoy siguen a mi lado, por los muchos que se
sumaron en el camino, por aquellos que fueron como un breve suspiro de primavera, por las entradas que he escrito, por la cantidad de sensaciones
que volqué aquí mismo...y por tantas otras cosas.
Me estoy
anticipando, pero no puedo evitar este sentir al pararme en el
futuro y mirar hacia este preciso momento, que pronto también será pasado. Pero es cierto
que siempre lo viejo debe morir para dar paso a lo nuevo, es la ley de la vida
y también la ley de los blogs.
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