Ayer
domingo tuve un momento muy grato en casa, mientras conversábamos en la cocina con
mi hijo menor me preguntó cuál era mi sueño, le respondí que ya se me han
cumplido muchos pero actualmente tengo uno que me obsesiona: ser
escritor. A lo que él me contestó: “¡Pero si ya eres escritor!”. Me causó mucha
alegría y gracia la forma en que me lo dijo, ante sus palabras tuve que cambiar
mi respuesta: “Es verdad, ya soy escritor, ahora quiero publicar mis libros y
que la gente los compre”. Me dijo que ese sueño se iba a cumplir pronto.
Otra cosa
importante: algunas nubes oscuras de mi vida se van disipando, mis seres
queridos están mejor y yo ya puedo respirar un poco más aliviado. Había varios
problemas que me tenían a maltraer.
Con
respecto a la universidad, me está quedando poco para terminar la carrera, lo haré
tranquilamente para no pasar otra vez momentos de mucho stress, ya que hubo un instante
en los días recientes en que por no tener para pagar las cuotas casi pierdo
todo lo hecho en estos años. Esta vez no puedo fallar. Lo último sobre la
universidad, puse una lista en la pared de mi oficina del trabajo con el nombre
de las últimas diez materias para recibirme, serán como un objetivo fijo que no
te dejaré de mirar cada día hasta alcanzarlo.
La novela, que dio origen a este diario, sigue creciendo cada día. No veo el momento de darla a conocer.
Por último,
mi libro de cuentos “20.000 Palabras” está casi listo, se siguen sumando interesados que ya o han reservado. Espero poder juntar pronto el dinero para la edición y así entregarlo a mis amigos lectores. Ese día será uno de los más importantes
de mi vida.
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